La empresa Arkikus (www.arkikus.com) da a conocer a la sociedad un hallazgo de gran relevancia para la historia de la península ibérica y que cambiará para siempre el conocimiento de uno de los principales yacimientos arqueológicos que atesora el territorio: la ciudad romana de Iruña-Veleia (Iruña de Oca, Álava, Euskadi).
Hoy, martes 16 de julio de 2024, hacemos públicos los resultados de un primer proyecto diseñado y dirigido por Arkikus con el apoyo y financiación de la Excelentísima Diputación Foral de Álava y su Servicio de Museos y Arqueología, que ha tenido por objeto la revisión sistemática mediante teledetección de la superficie del yacimiento alavés a través de fotografías aéreas históricas y modernas, cartografía LiDAR e imágenes obtenidas mediante vuelos de dron.
El minucioso trabajo de revisión, realizado por el equipo de Arkikus con los hermanos Javier e Iker Ordoño a la cabeza, sobre una superficie de 251 hectáreas, ha dado como resultado la detección de centenares de evidencias de la presencia de edificios y/o infraestructuras de cronología romana en el subsuelo del yacimiento, aún por sacar a la luz por la ciencia arqueológica.
Entre ellas destaca, por su presencia e implicaciones, un imponente recinto de 280 m de longitud por 72 de anchura cuya interpretación no deja lugar a dudas: se trata del descubrimiento de un circo romano, un edificio de espectáculos en el que se celebraban carreras de carros tirados por caballos que, por sus dimensiones y según las primeras estimaciones, pudo albergar entorno a 5.000 espectadores. Se trataría del tercer circo romano conocido para la mitad norte de la península ibérica tras los de las importantes Tarraco (capital provincial de la Hispania citerior, actual Tarragona) y Calagurris (ciudad con rango de “municipium”, actual Calahorra) y, de ellos, el que único que conserva su trazado original al no estar oculto por el urbanismo actual.
Además, se han identificado elementos propios de un urbanismo organizado tanto al interior como, sobre todo, al exterior del recinto conocido como oppidum o ciudad amurallada tardía de Veleia. Así, se definen con claridad calles (a veces porticadas), espacios públicos, barrios de viviendas, posibles edificios de culto colectivo, e infraestructuras relacionadas con el abastecimiento de agua o el saneamiento del entramado urbano, entre otros. Todo ello denota la relevancia que esta ciudad tuvo en el pasado, no solo como parada obligatoria de los viajeros que recorrían la Iter XXXIV, la calzada romana que iba de Astorga a Burdeos, sino como núcleo urbano vertebrador, en tiempos romanos, del actual territorio vasco y sus inmediaciones.
El hallazgo cambia por completo la percepción que, no solo la sociedad en general sino también los expertos, teníamos de este importante yacimiento. Así, Iruña-Veleia se presenta como una joya aún con mucho por descubrir que, impulsada por este y futuros estudios, confiamos reciba la atención merecida en aras de su protección, estudio, puesta en valor y generación de riqueza para todo su territorio.
Iruña-Veleia, ahora sí, comienza a desvelar su verdadero potencial.