El patrimonio molesto

Si en la última entrada nos quejábamos del vandalismo que seguía sufriendo la Hacienda Ibarburu ante la mirada impasible de administraciones, autoridades y propietarios, al volver de «vacaciones» nos encontramos con que los carteles informativos que colocamos a principios de año, que a su vez ya fueron quemados al poco tiempo, han vuelto a ser